Una
filosofía implica una manera particular de pensar, o de ver las cosas. Lo que
esencialmente distingue un arte marcial de un deporte de combate, es que el
arte marcial tiene toda una filosofía detrás: trasciende los puros fines
competitivos deportivos, apuntando a la práctica y eventual maestría en planos
diferentes al del físico. No sólo se pretende entrenar el cuerpo para ganar
campeonatos, ya que practicar a conciencia y plenamente un arte marcial
comprende también el “entrenamiento” de la mente y especialmente del espíritu.
Los samuráis se regían en el ámbito moral por el estricto Código Bushido el
cual se basaba en 7 principios:
- Honradez y Justicia: Ser honrado con todas las personas, y creer
en la propia justicia (saber
distinguir lo correcto de lo incorrecto).
- Valor Heroico: Actuar, cuando los demás no lo hacen, es la manera de vivir una
vida plena.
- Compasión: El poder obtenido mediante el fuerte entrenamiento debe ser
usado para el bien de todos, ayudando a sus compañeros.
- Cortesía: En este aspecto yo personalmente hago gran hincapié ya que es lo
que demuestra la fortaleza interior, el dominar el propio ego y ser capaz
de reconocer la dignidad de todo quien se cruce en nuestro camino. Aun los
enemigos son dignos de respeto. De hecho, según “La Filosofía de las Artes
Marciales – Un Breve Resumen”, para el alma del practicante de artes
marciales no hay oponentes: sólo amigos quienes ayudan, mediante su ataque
y defensa, a perfeccionarse técnica y mentalmente.
- Honor:
Uno mismo debe juzgarse por las decisiones que toma y cómo las lleva a
cabo.
- Sinceridad Absoluta: Lo que se dice, se hace. No hay diferencia
entre hablar y hacer para un samurái.
- Deber y Lealtad: Se es dueño, y responsable de todo lo que se
dice y hace.